- Daniel Pardo
- Corresponsal de BBC Mundo en Colombia
1 octubre 2020 Fuente de la imagen, AFP Pie de foto, ¿Está el café que se consume en Colombia a la altura de su reputación? Antes de la pandemia, en una cafetería tradicional de Bogotá, Juan Manuel Ortiz, un experto en café, toma un sorbo de la bebida nacional en un pocillo blanco que dice “Café de Colombia” y tiene pintada una banderita del país. Y le cuesta, no le gusta. Casi le dan arcadas. ” Me sabe a metal “, dice. “No se siente natural, está muy quemado, no es dulce ni ácido”. En la mesa de al lado hay dos jóvenes mujeres charlando alrededor de lo que acá se conoce como un “tinto”, un café negro de sabor fuerte.
Cuesta 3. 300 pesos (US$1). Liliana Palacio, una de ellas, psicóloga, comenta: “Este el café que hemos tomado desde niñas, o hasta más bueno, porque acá es fresco, no es el tinto recalentado como se acostumbra”.
A diferencia de muchas oficinas, restaurantes u hogares colombianos, esta cafetería prepara el café al instante y con máquinas de espresso. Aún así, los aromas y sabores frutales que se esperan de un buen café parecen estar eclipsados por un gusto a quemado, fuerte, amargo.
- Ortiz, el barista, no se lo puede terminar: “La gente me dice que (soy) esnob, pero nos dijeron que teníamos el mejor café del mundo y la realidad es que nuestro mejor grano se exporta y los perjudicados somos los consumidores y cultivadores”;
Fuente de la imagen, AFP Pie de foto, En el interior del país, el tinto suele ser preparado en agua de panela. Colombia, país sinónimo de café, produce 14 millones de sacos de 60 kg al año aproximadamente. De eso, 13 millones (un 93%) de sacos son para exportar, de acuerdo a cifras de la Federación de Cafeteros.
Según la organización, la demanda local es de 1,8 millones de sacos, y para satisfacerla el país importa de Ecuador y Perú unos 800. 000 sacos de café de baja calidad (o pasilla) para el consumo interno.
Así es: la mayoría del café que se toma en Colombia —en especial las marcas más vendidas: Sello Rojo y Colcafé— no es bien visto por paladares expertos y gran parte de lo que se consume, al menos desde 2005, no es producido en el país.